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Claudia Martinez

¿Qué ocurrió con el condominio de ‘‘Estrella del Sur’’?

 

En principio se firmó un contrato entre las diferentes partes, o sea, entre las empresas y nosotros los compradores. En este contrato se estaba estipulaba la entrega y se había establecido que los departamentos nos iban a ser entregados para el 2013. Y eso no ocurrió.

 

¿Por qué no sucedió?

 

En verdad, ya cubríamos la cantidad necesaria de compradores de dichos edificios. Pero el problema empezó cuando quisieron implementar métodos para incentivar la compra, como la subvaluación y reducción del valor de las propiedades. Que para mí era innecesario.

¿Qué ocurrió después?

 

Al haber subvaluado al 20%, que en mi consideración no es poca cifra, era obvio que iban a crecer los costos de producción y eso generó un retraso en la construcción. Entonces, la obra paró, y a todo esto nosotros seguíamos pagando como si nada hubiera pasado. Después se cayó BAPRO, una de las empresas asociadas que era principal fiduciaria. Lo peor de todo es que nosotros en ese momento no sabíamos nada. Nos enteramos de todo después. 

 

¿Y luego de que se bajara BAPRO, cómo avanzó la cuestión?

 

De avanzar, en realidad no avanzó nada. La situación continuó frenada entonces arrancaron un nuevo proceso de liquidación. Y recién en el 2017 nos ofrecieron otra creación de un fideicomiso. Ahí nos dijeron que si queríamos, podíamos pagar $350.000 a Cuenta Garantía, que era una cuenta separada de la obra. Yo tenía reservada para mí y mi familia la Torre III, pero con todos estos cambios me ofrecían la Torre IV terminada supuestamente en 12 meses. 

Y cuando se enteraron de lo que estaba pasando, ¿qué hicieron ustedes?, ¿y ellos cómo reaccionaron?

Ni uno de todos los adherentes que somos, recibió algún préstamo ni un subsidio de parte de ningún responsable. Cuando ocurrió el stand by de las obras, los encargados no nos comunicaron nada a nosotros siendo los futuros propietarios, a pesar de que veníamos abonando las cuotas mensualmente. Pero llegó el momento en el que la mentira no se pudo sostener más. 

Hubo gente que ante la duda y la incertidumbre no sabía si seguir pagando o no, pero aún así estuvimos todos firmes siguiendo con la ilusión. Entonces ahí empezamos a reclamar mandando mails, llevando cartas a la justicia. Pero no recibimos respuestas.


¿Y usted cómo se siente? ¿Qué hizo al respecto?

Estoy muy enojada y dolida por la situación, ante la irresponsabilidad de quienes llevaban a cabo todo este negocio. Quisieron arreglarse y ver si lo podían pilotear, pero no salió como esperaban y entonces nos perjudicaron a todos.

 

Pero aún así, estamos dispuestos a renunciar al dinero por el sueño de tener nuestro hogar. Pero en el caso de que esto no sea posible, hemos invertido miles de dólares en nuestro sueño, y lo mínimo que nos corresponde es poder recuperar nuestra inversión para adquirir una casa nueva

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